martes, 18 de febrero de 2014

"Black Power"

Como sabrán, soy el afortunado/orgulloso dueño de dos (2) si, se lee dos, bicicleta plegables, inicialmente, la P9, esa belleza negra brillante con detalles en rojo era para mi esposa, pero, su fobia y entendible temor a los conductores caraqueños me ha tomado a adoptar lo que en un principio era su bicicleta. Debo admitir que por muy bonita que es y que a leguas se nota la gran calidad que tiene frente a su hermana (la D8) no le había terminado de agarrar el gusto. Sinceramente, me comencé a dar cuenta en algunos detalles, que saltaron a la vista desde aquel día que la saqué de la caja. Sin embargo estaba reacio a asumirla como la bicicleta de todos los días. Inicialmente, la D8 tiene una gran ventaja, es la bici que te sirve casi para todo, tiene "transportin" guarda barros y sus ocho (8) velocidades dan para todo, incluso para ir a 30Km/h en trayectos planos.

Ir/venir al trabajo y hacer diligencias han sido el rol principal de la bicicleta blanca, la primera que llego a la familia, no me quedan dudas que, cuando se trata de hacer tramos cortos, la bicicleta no tiene competencia, así lo comprobé el pasado sábado, cuando salí de emergencia a comprar un ingrediente esencial en la famosa torta de jojoto que prepara mi esposa, creo, sin temor a equivocarme que tardé menos de veinte (20) minutos entre ir y regresar, y eso que, me tocó preguntar en varios sitios, distanciados entre ellos. Fuí y regresé al estilo "premium rush" a la velocidad de la plegable.



Creo que la mejor inversión que pude haber hecho fué adquirir el famoso transportin, así como los guardabarros, no se que haría sin estos accesorios. El bolsito que también adquirí en aquel momento y los dos accesorios antes mencionados han sido los mejores aliados en convertir la D8 en el transporte perfecto para la ciudad. 

Luego de hacer la mini dilegencia, estaba ansioso de seguir pedaleando, pero la mera idea de salir solo no me entusiasmaba mucho y el "tocayo" no respondía los mensajes así que estaba a punto de tirar la toalla en mi intención de salir a pedalear antes de hacer los arreglos para los compromisos de la tarde. Revise el celular y ví que hacian unos minutos que me había respondido. Casi de inmediato me arreglé y salí disparado, como la D8 ya estaba desplegada, decidí salir en ella, para no dejarla abandonada en casa. Fuí al punto de encuentro y decidimos comenzar a rodar dentro de la parroquia. 

Hicimos cerca de 18km y fué, quizás en el último de ellos el que me hizo notar una gran diferencia que me hace apreciar de forma definitiva la P9. Me encontraba bajando por un semiplano como de unos 900mts cuando, en estado de "inercia" mi compañero ciclista me rebaso (sin pedalear) y sorprendió de manera inesperada, eso nunca hubiese pasado con la P9. De inmediato pensé: Los rodamientos. Este detalle lo había notado, la calidad de estos es muy alta, basta con dejar la rueda "al aire" girando, tomarte un café, revisar las noticias en la tableta y regresar mientras la rueda sigue en movimiento. 

Quizás, para transportarte de un punto a otro, hablar de buenos componentes no sea tan necesario, pero, me agradaría imaginar a la P9 en modo todo terreno. Transportin, guardabarros y por que no, como bicicleta de todos los días. Tal vez en unos 10 o 15 km de recorrido no sea tan importante este detalle pero ¿En cuarenta (40) o cincuenta (50)? En largas distancias y mucho tiempo sobre la bici cada pequeño detalle puede ser una gran diferencia, en rendimiento y en capacidades físicas. No me quedan dudas de que pudiese hacer distancias largas con la D8, pero definitivamente estoy seguro de que el desgaste fuese un poco mayor en ésta última. 

Aún así, me agrade mantener y tener la posibilidad de tener las dos bicicletas, una, para trayectos cortos (30km) y una para trayectos largos y mas eficientes.

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