viernes, 21 de diciembre de 2012

El reto a la montaña

El grupo completo listos para el regreso

Ya tengo casi tres (3) meses rodando por la ciudad, para el trabajo, de paseo o el algún caos caraqueño. La distancia máxima que he logrado ha sido de 25Km o algo por el estilo. Recuerdo que comencé haciendo 6 o 7km, con algunos trayectos en bajada.

Surgió la oportunidad de ir a un "paseo" fuera de la ciudad, por una vía recientemente inaugurada. Destino, el Junquito.

El día anterior, el la intención era llegar a casa temprano, preparar todo para levantarme el sábado a primera hora y salir a la aventura. Tenía idea de como era la vía, pero desconocía que tan difíciles iban a ser las subidas. Eran 10km de puras subidas, unas más difíciles que las otras. Adicionalmente, no dormí nada bien la noche anterior y una gripe que me tenía fastidiado desde hace algunos días, atentaban contra mi objetivo. A pesar de esos inconvenientes, mi cometido estaba trazado, yo quería intentarlo.

Y así amaneció, entre la ansiedad de la aventura y la música a todo volumen de mis queridos vecinos, me encontré en la famosa redoma del indio en Caricuao con un compañero para ir al punto de encuentro, para ello debía pasar por la autopista. Que asfalto tan cómodo para manejar la bici, lo malo, los conductores pasan a una velocidad exagerada, la verdad que me dió temor por lo rápido que pasan y lo cerca que lo hacen del hombrillo. Así llegamos al punto de partida (incluir foto) y no pasaron más de 20 minutos para que llegaran el resto de los compañeros. ¡Y ahí comenzó el ascenso!

No tenía ni idea en que me había metido, al principio, hay unas subidas de calentamiento bien simpáticas, todo tipo tranquilo, el paisaje, el aire puro. Luego la vía te muestra su cara mas fea y te patea en tus partes nobles. Hay subidas bastante fuertes, a lo mejor, algún ciclista experimentado podría decir que son suaves y son super cómodas, pero, para eso ellos están, precisamente, experimentados. Para mí, no fueron imposibles, pero si me costó un poco llegar a la cima.

Desde que me inicié en el ciclismo, las subidas fuertes no han sido mi atractivo, no me llaman la atención, siento que no disfruto el paseo (o es por estar fuera de condiciones, no lo sé). Mucho menos si el trayecto es de solo subidas. Sin embargo, tratando de disfrutar el paisaje hice llevadero el paseo, hay que tener en cuenta que, para alguien que tiene poco tiempo entrenando, este no es el mejor escenario para poner a prueba tus condiciones. ¿O si?

El tema de estar "en condiciones" me resulta complejo de explicar. En mi situación, teóricamente no era mi día para llegar a la meta (gripe, poco descanso, sin desayuno). A pesar de eso puse mi mayor empeño cada vez que subía a la bici, sin pensar en la meta, solo de pedalear poco a poco, mantenerme en movimiento y no pensar en nada que se opusiera en mi camino. Esa fue la clave, poco a poco.

Pasó por mi mente, durante el ascenso y de manera remota, la posibilidad de regresar, pero no podía imaginar la idea de llegar a mi casa "fresco" físicamente, pero frustrado mentalmente. Tenía que llegar a la meta. Y llegué. Ver las fotos, hoy, dos (2) días después me hace preguntarme ¿Como diablos llegué ahí? Debo responderme irresponsablemente que: No lo sé. No se trata de no confiar en mí o de tener baja autoestima, es simple, es un reto que para cualquier ciclista con poco rodaje, resultaría difícil, pero hay "no-se-que" que puede mas que cualquier impedimento, hubo algo en mí que salió a relucir y que antes no había estado ahí. Conocí esa ¿voluntad? que me llevo a la cima. Y lo mejor fue, al llegar, al final de la primera etapa (subida) fue el recibimiento de los compañeros que fueron conmigo que amablemente me daban aliento y felicitaban por haber llegado, además, podía seguir pedaleando, dos (2) km de más subidas, claro, un poco mas suaves, que las recorrí como si el e esfuerzo anterior no me hubiese afectado. ¿Que es lo que está pasando?

Luego del retorno, y después de superar la bajada que fue otro tipo de complicación, ya que al ser tan pronunciada, y tener tantas curvas cerradas la velocidad que adquiere la bicicleta en trayectos cortos requiere de habilidad y prudencia. Finalmente, ya en "tierra firme" restaban unos 10 km más para llegar a casa. Por mucho que trato de no sonar tan "optimista" es inevitable. El paso por la autopista fue un paseo, el tramo antes de llegar a Antímano (Sentido Centro para dar la vuelta hacia Caricuao) lo hice como si hubiese recién salido de mi casa, en la velocidad mas alta imprimí un buen ritmo (digo yo) durante unos 10 minutos. Y el retorno, ya vía Caricuao, a un ritmo un poco mas bajo paso como si nada. No había caído en cuenta que este tiempo que ha pasado, va más allá de un montón de fotos, buenas experiencias, gente muy buena y otro estilo de vida. Mi cuerpo estaba preparado para esta actividad, pero yo no lo sabía.

La verdad que escribo esto muy satisfecho, nunca había tenido la oportunidad de afrontar un reto de esta característica, el solo hecho de hacer memoria de lo que sucedió en esa travesía me hace caer en cuenta de todo lo que he logrado. Pequeñas metas, pequeñas ambiciones pero que al final, me han dado grandes satisfacciones.

Otra pausa mas para agarrar aire

Paisajes, calma y aire puro

Allà a lo lejos se divisa mi parroquia

Listo para el descenso

"No lo pienses mucho" me gritaron desde un carro

Preparando el descenso

¿Llegaré o no llegaré?

No faltaba casi nada!



Golfeados, listo! A bajar!

Haciendo los ajustes en la camara

Aquí encontramos a otros rezagados.

Y por fìn llegamos!

Una de mis fotos favoritas!


Mas paisajes

Recargando energìas

Esperando al grupo para el ascenso.

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